Amado Dios Padre Eterno, te doy gracias por todo lo vivido, ya que todo ha ayudado a que cada día sea una nueva persona, renovada de acuerdo a tus sabios designios. Así daré los frutos de tu Santo Espíritu que tanto anhelas para mí. En el nombre de tu Amado Hijo Jesucristo, Señor Nuestro y Dios Nuestro, Amén. Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.