SEÑOR DIOS único y verdadero, eterno y poderoso, en tus manos y ante tu bendita mirada ponemos a todos tus hijos que han partido, y a todos los que están por partir conforme a tu santa voluntad. Te pedimos y suplicamos que seas el bálsamo en su dolor que seas su consuelo, su fuerza, que les des valor en los momentos de temor, que seas su dulce compañía de noche y de día. Te pedimos por todas las familias y amigos de todos los que han perdido seres queridos que seas tu SEÑOR el que les dé esa paz que solamente tú les puedes dar. En tus manos y ante tu divina mirada ponemos este nuestro mundo tan azotado por tanta maldad, por tanta violencia, crueldad, inseguridad, y tanta incredulidad. En tu bondad, tu misericordia, confiamos por tu Grasia divina no por merecerlo. Grasias por tu perfecto amor, grasias por que diste tu vida por mi y por toda la humanidad para salvación eterna. Tenemos más cosa que agradecerte que lo que tenemos que pedirte, por todo esto y mucho más GRASIAS SEÑOR JESÚS.